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Pertenecer a un grupo es clave para el autoconocimiento de un niño

Acompaña a tu hijo en sus primeras etapas de socialización

Frecuentemente, es entre los 4 y 5 años, cuando los niños empiezan a ir a la escuela y los padres suelen inquietarse porque les preocupan los posibles problemas de conducta o de socialización que su hijo pueda llegar a tener en ese nuevo entorno.

Es fácil olvidar que para un niño, el ingreso a un lugar con personas nuevas, espacios diferentes, actividades que no conoce, reglas y formas de relacionarse diferentes, le exige un esfuerzo muy importante para el cuál no siempre está listo, ya sea física o emocionalmente.

Puede ser que incluso sea su primera oportunidad para relacionarse de manera constante y estable con otros niños de su edad, con quienes las formas de comunicación y convivencia serán totalmente diferentes a las que tiene con los adultos.

La importancia de formar parte de un grupo

Independientemente de que haya tenido oportunidad de convivir con vecinos, primos u otros niños, dar inicio a su vida escolar tiene otras implicaciones sociales importantes: a partir de ahora empezará a entender lo que significa formar parte de un grupo.

La amistad con otros niños, así como la interacción eventual con compañeros de juego, es fundamental para que empiece a explorar y conocer, no solo el mundo sino a sí mismo.

Los amigos le darán seguridad y harán que se sienta valioso; en cambio, aquellos niños con los que no logre llevarse bien, le significarán un reto.

Gracias a esta convivencia en grupo, sabrá que hay niños con los que podrá entenderse mejor que con otros y dudará sobre qué hacer, por ejemplo, cuando se enfrente a una situación con la que no esté de acuerdo: ¿aguantar?, ¿pelear?, ¿negociar?

Para los papás también es una etapa de reto. Verán que su hijo llega diciendo palabras que “en casa no se dicen”, o notarán que está “más rebelde” o “más callado”.

Es normal que un niño pase por una serie de cambios emocionales, y por ello es importante que sus padres fortalezcan sus lazos afectivos.

¿Cómo hacerlo?

Involúcrate. Puedes conversar con él, indagar sobre sus nuevas relaciones, preguntarle cómo son sus amigos, quiénes son, a qué juegan, qué platican. Siempre desde la comprensión y mediante una comunicación cálida, sin parecer insistente.

Esta etapa puede ser difícil, pero es vital para su autoconocimiento* y con tu apoyo será más fácil este descubrimiento de sí mismo en los nuevos espacios en donde comienza a vivir.

Así, tu hijo pondrá a prueba sus habilidades aprendidas y tendrá oportunidad de estimularlas, fortalecerlas o modificarlas, si ve que no son efectivas como antes. Sabrá ir midiendo qué comportamientos son apreciados en cada espacio, con quién hablar y cómo comportarse.

Tener una muy buena comunicación en casa y contacto con los maestros, te ayudará mucho a siempre estar al pendiente de las inquietudes y dudas de tu hijo. De este modo, le facilitarás que entienda ese nuevo espacio llamado escuela, el cual se convertirá en su segundo hogar.

¿Quieres saber más? ¡En Jejé Kids te invitamos a seguir explorando nuestro contenido!

Xóchitl González, especialista Jejé Kids, en
colaboración con Karla Jiménez y Maribel Solano

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