Jejé Kids
Share on facebook
Share on google
Share on twitter
Share on linkedin

Enseñar, guiando con el ejemplo

Actuemos con el ejemplo, no como teoría, sino como un estilo de vida

Queremos enseñar, educar y guiar a nuestros hijos, pero en ocasiones, no todo lo que pensamos que es correcto lo hacemos como adultos. Es momento de hacer una pausa y revisar todo lo que decimos, pero no hacemos.

Para educar a los niños tenemos que hacerlo siempre bajo el ejemplo, porque todo lo que verán, quedará grabado en su memoria y lo expresarán en el presente y en el futuro.

Si les pedimos algo que nosotros mismos no tenemos o no hacemos, esa petición o “deseo”, se queda en solo palabras.

Pongamos ejemplos sencillos:

Como padres, queremos que nuestros hijos sean buenas personas y buenos seres humanos, pero en la práctica nosotros mismos tenemos la tendencia a burlarnos de la gente, a juzgar, criticar y “chismear” situaciones de otras personas. Estas acciones vistas por los niños son enseñanzas de acciones normales en la vida cotidiana y, los puede llevar sin querer, a hacerlo como maldad en bromas, criticar o desvalorizar a una persona, sintiéndolo normal porque es lo que ven en casa.

Otro ejemplo muy común es cuando para comunicarle algo a tu hijo le dices alguna “mentira” por no darte el tiempo para explicarle a fondo alguna situación porque crees que es muy pequeño para entenderlo o porque quieres ocultarle algo.

Cuando hacemos esto, el concepto de “mentira” se va sembrando y adaptando en su comprensión y, en su vida adulta, le será fácil decir algo mintiendo con tal de salir librado de alguna situación.

Pero ¿cómo puedes saber si realmente todo lo que dices, lo pones en práctica y lo estás llevando a la acción?:

  1. Enlista todo aquello que consideras que le pides a tu hijo o lo que consideras que más le “exiges” que haga.
  2. Ya que lo tengas identificado, observa como tú y tu pareja realizan esas mismas acciones. Además de observarte, será importante que también lo hagas con el comportamiento de la gente que más rodea a tus pequeños.
  3. Si identificaste alguna acción que tú pides a tu pequeño que realice, pero tú misma no lo llevas a la práctica ¡comienza a trabajar en ella lo antes posible!, de esta manera se irá convirtiendo en algo natural para ti y por consecuencia, también para tus hijos y toda la familia.

    Observa una a una todas las acciones en donde no estés siendo congruente y ve cambiándolas poco a poco.

    Por ejemplo:
    Tu hija juega con sus muñecas a que están fumando, tú la regañas y le dices que fumar es malo y no debe jugar a eso porque es muy pequeña. Mientras tanto, todos los fines de semana te ve fumando en las reuniones familiares.
    Esta acción es incongruente con lo que quieres de su vida, entonces, debes cambiar empezando por ti misma.
  4. Procura revisar siempre tu estado emocional; si tu mente, tu corazón y tu cuerpo no están en correcta armonía, también se verá reflejado en tus palabras, acciones e interacciones.
    Intenta hacer el hábito, una vez al mes, de entender cómo te sientes y, si es necesario, reprograma, cambiar o quita las emociones o acciones que no te estén ayudando.

    Por último, recordemos que, si exigimos o deseamos algo en nuestros pequeños, pero nosotros no lo hacemos, ese deseo son solo palabras vacías. El ejemplo y la acción son un gran regalo que podemos darle a nuestros hijos.
Share on facebook
Share on google
Share on twitter
Share on linkedin
Hay que hablarles sobre las diferentes que existen
ÚLTIMOS POSTS




Al inscribirte recibirás información
para que juntos alcancemos el
Desarrollo Emocionalmente Sano

Política de PrivacidadJejé Kids 2019