VISiÓN JEJÉ KIDS
El desagrado existe desde que nacemos, aparece sin pensarlo ante lo que nos es extraño o nos provoca rechazo.
Es una emoción innata que, aunque es incómoda; en general aparece rápidamente y desaparece también de manera rápida cuándo nos alejamos del estÃmulo que la provocó. Mientras no nos alejemos, la seguimos experimentando.
Como todas las emociones, debemos aceptar que estamos sintiendo desagrado o hasta asco. La visión de Jejé Kids, será trabajar en ello. Conocerlo, entenderlo y explorarlo. Está bien sentirlo, pero si no hacemos nada por entender, este tipo de emociones, se van haciendo cargas en nuestra vida. Y lo que necesitamos es ir limpiando, no acumulando.
¿CÓMO PUEDO GUIAR A MI HIJ@ A EXPLORAR EL DISGUSTO?
– Aceptando que, en sus primeros años de vida, todo será nuevo y al descubrir cosas, como por ejemplo los alimentos, va a pasar por muchos momentos de querer rechazar o querer sacarlo de la boca.
– Ayúdale a identificar si lo que siente realmente lo protege de algo. Cuando esta emoción es exagerada o aparece constantemente ante estÃmulos que no lo ameritarÃan; podrÃa crecer hasta convertirse en una fobia.
– Enseñar a expresar de forma sana un disgusto. Si no hablamos del tema, podemos caer en ser groseros o hacer una escena de explosión de emociones (berrinches).
– Hablar del tema, conocer el elemento que nos parece desagradable, ver imágenes, si se puede verlo de cerca, tocarlo, olerlo. En las primeras etapas, pueden solo observar imágenes.
EXPRESAR SANAMENTE
Sentir desagrado es natural y también es una oportunidad para hablarle sobre algunos valores importantes, asà que recuerda:
1. El respeto es importante. A veces hay cosas que pueden desagradarnos mucho, enséñale a tu hijo a tener la confianza de decir: “No, gracias. No me gustaâ€.
2. Si se trata de comida, saber que puede respirar y retirarlo de su boca con una servilleta.
3. Si se trata de alguien o un animal, saber que puede acercarse a ti, para contarte que es lo que está sintiendo. Sin tener que llegar a un nivel de gritar “¡Qué asco!â€.
4. Hablar, siempre hablar antes o después de la situación.
Las reacciones y sensaciones del asco son muy caracterÃsticas: el estómago se contrae o se revuelve, los músculos de la cara y cuerpo se contraen asà que hacemos gestos y nos alejamos para rechazar lo que provoca el asco.
Si es algo que estimula el olfato o el gusto, podemos sentir náuseas, mareos e incluso podrÃas vomitar. Estas reacciones en el cuerpo sirven para comunicar que es algo incómodo.
El sentir asco es útil porque nos avisa de aquellas cosas que pueden ser nocivas, contagiosas, venenosas, sucias o molestas.
El asco funciona cuando hay cosas que necesitamos evitar.
Al ayudarnos a evitar situaciones desagradables o potencialmente dañinas para la salud; también nos impulsa a desarrollar hábitos higiénicos y saludables. El asco tiene la gran función de ser protector.
Sentir asco es natural y también es una oportunidad para hablarle sobre algunos valores importantes, asà que recuerda:
- Las personas sienten asco por diferentes motivos, es natural que lo sintamos asà que no es necesario ocultarlo.
- Ayúdale a identificar si el asco que siente realmente lo protege de algo. Cuando esta emoción es exagerada o aparece constantemente ante estÃmulos que no lo ameritarÃan; podrÃa crecer hasta convertirse en una fobia.
- El respeto es importante. A veces hay cosas que pueden darnos muchÃsimo asco. Enséñale a tu hijo a tener la confianza de decir: “No, gracias. No me gustaâ€.