Jejé Kids

No tenemos límites ¿por dónde comenzamos?

Algunas estrategias para retomar la tranquilidad en casa

En general, es normal que todos los niños pasen por etapas en que presenten comportamientos de desobediencia; se muestren rebeldes, exigentes o que no acepten fácilmente las reglas de cada lugar en el que está. Estas etapas suelen coincidir con momentos de cambios importantes para ellos como la llegada de un hermanito, la entrada a una nueva escuela, etc., o bien con la sensación de falta de atención y afecto por parte de sus padres; ante esto, ellos buscarán a toda costa atraer dicha atención aún cuando no sea de una forma agradable para los padres. Sin embargo, estos aspectos por sí solos no predicen que los niños se comportarán con rebeldía. Existe otro factor muy importante que, normalmente precede a estos conflictos: la carencia o insuficiencia de límites claros y normas en la  dinámica familiar.

Las familias en donde los padres no tienen con una estructura adecuada en cuanto a horarios, actividades, límites y motivación suelen convertirse en espacios llenos de gritos, pleitos, regaños y angustia. Se vuelven verdaderos capos de batalla donde cada miembro de la familia tiene su propio ritmo y los niños no saben cómo aceptar normas ni adaptarse.

En la gran mayoría de estas situaciones, los berrinches están relacionados al hecho de que los padres suelen acceder a lo que los niños piden; a que los actos permitidos o las prohibiciones dependen más bien del estado de ánimo de los padres, por ejemplo, dejarlo ver  televisión hasta tarde si mamá está de buen humor, pero al día siguiente que tuvo un mal día le prohíbe lo que un día antes sí le permitió. En muchas otras ocasiones, el problema es que no se tiene claro con anticipación cuáles son los límites de cada hogar y se recurre al regaño cuando los comportamientos no deseados ya se presentaron. ¿Te suena conocido?

Cuando ya se tienen problemas de rebeldía en los niños, no se deben esperar soluciones mágicas ni rápidas, recordemos que han sido resultado de hábitos formados a nivel familiar.

¡Manos a la obra!
  • Identifica las metas afines que hay entre papá y mamá, así como las metas que deseamos lograr con nuestros hijos (p.ej.: que recoja sus juguetes después de utilizarlos)
  • Identificar los posibles obstáculos para lograr esas metas (el cesto de juguetes es demasiado grande para él). Esto nos ayudará a prevenir situaciones de conflicto y tener muy claro cuando el incumplimiento se deba a desobediencia o a una meta muy alta para el pequeño.
  • Tener muy claro que los niños requieren sentirse emocionalmente seguros, protegidos, contenidos y guiados, por lo que la autoridad es vital. Si caemos en actitudes como “bueno, ahorita yo si te doy permiso, pero que tu mamá no se entere”, perdemos esa autoridad y confundimos al pequeño. Él no entenderá los motivos de las reglas sino que pensará que se basan en “quedar bien” con uno u otro miembro de la familia.

Como vemos, el establecer límites con niños con quienes ya existe un problema no necesariamente se resuelve siendo más estrictos con el pequeño. La mejor forma y que además será más duradera, es realizar cambios en todo el entorno y así incluso apoyaremos sus habilidades de adaptación futura.

No sólo los niños están aprendiendo, en Jejé Kids sabemos que se trata de toda una familia ¡aprendiendo a serlo! Por eso nuestras canciones están creadas pensando en estos retos y una de ellas es Un pajarito, con la que queremos ayudarte a motivar a los niños a escuchar a sus papás. ¡Te invitamos a que conozcas y explores todo lo que hemos creado para ustedes!

Psic. Adriana Mendoza

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