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El efecto de un abrazo

Cómo un abrazo influye en su desarrollo

Entre las principales ventajas del contacto físico amoroso hacia un niño, como los abrazos, es que es la forma más eficaz para transmitir el afecto que se siente por él y comenzar a crear así el vínculo que los acompañará durante toda la vida.

El abrazo es importante en toda la vida, pero de manera muy significativa, en la infancia. Para los padres, es muy útil ya que al no tener la posibilidad de experimentar el vínculo y cercanía con su hijo que proporciona la lactancia, con el acto de abrazar puede alcanzar un importante grado de intimidad con el pequeño y estrechar los lazos con él.

Los abrazos proporcionan seguridad. Después de nueve meses en el vientre materno, protegido de todos los agentes externos, el bebé debe habituarse de un modo brusco a un nuevo entorno y prescindir del efecto envolvente y de seguridad con el que contaba durante la gestación. La madre devuelve al pequeño esta seguridad al tomarle en sus brazos y unirle a su cuerpo lo suficiente para que pueda percibir parte de los sonidos y sensaciones que le acompañaron durante el embarazo.

¿Cómo le ayudan tus abrazos?

Tienen un efecto tranquilizador; los niños suelen lloran con frecuencia, ya que es la forma recurrente que tienen para expresar sus necesidades. Pero en ocasiones también lloran tan solo para reclamar afecto. En ambos casos, el abrazo ejerce un efecto tranquilizador y calmante que ayuda a paliar el llanto y reconforta al pequeño, puesto que evita que se sienta ignorado o abandonado por el adulto.

Entre sus múltiples beneficios se incluye uno muy importante: facilitan la digestión. Durante los primeros meses, tanto si la lactancia es materna como artificial, el bebé se alimenta en posición horizontal. Para ayudarle a expulsar los gases y el aire aspirado después de comer, es recomendable abrazar al pequeño en posición vertical y practicarle a la vez un pequeño masaje en la espalda. Esta postura es del mismo modo efectiva para calmar al bebé en el caso de que sufra el denominado cólico del lactante. Al crecer, la sensación de calma y satisfacción que produce el contacto físico, tendrá ese mismo efecto benéfico para su alimentación.

Un abrazo es una de las formas más eficaces de enseñarles el mundo. Mientras crecen, su tamaño y posibilidades les da un área de visión bastante limitada; sin embargo, cuando tú los abrazas y los colocas a tu altura, les permite observar más allá y adquirir una perspectiva diferente y más atractiva del mundo que le rodea.

Para los niños que tienen problemas para dormir, un buen abrazo, les ayuda a conciliar el sueño. El abrazo ayuda a relajarse cuando se acerca el momento de dormir y le tranquiliza cuando la falta de sueño le provoca el llanto. En estas ocasiones, lo más recomendable es acunarle con movimientos rítmicos, e incluso, cantarle al oído alguna melodía tranquila.

En Jejé Kids estamos conscientes del gran poder de un abrazo principalmente. Puedes escuchar la canción ‘Abrazos’ y disfrutar de un momento especial compartido donde además le estés ayudando a crecer más pleno y feliz.

Psic. Adriana Mendoza

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