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El surgimiento de los miedos

Entendamos a qué le temen, para saber cómo ayudar

“No tengas miedo, no pasa nada”, “No exageres, no seas miedoso”

¿Te suenan conocidas estas frases? Lamentablemente son tan comunes que la inmensa mayoría de quienes hoy somos adultos, las escuchamos continuamente en nuestra infancia…y muy probablemente las seguimos escuchando y usando.

Como si, en algún momento, todos hubiésemos asimilado que el miedo es algo que no debemos sentir. Pero, ocurre que el miedo, es una emoción tan útil y tan natural como todas y, al negarla o reprimirla, sólo logramos crecer sin saber cómo lidiar con ella. En Jejé Kids estamos convencidos de que hay que cambiar nuestra actitud ante el miedo y educar niños que sepan entender y gestionar sus emociones incluida la del miedo. Para lograrlo, debemos comenzar por entender cuándo y porqué surge.

Al nacer los niños están totalmente indefensos y son dependientes del entorno que los rodea. Somos los adultos quienes estamos ahí para cubrir sus necesidades básicas. Entre estas primeras necesidades, las más importantes son:

  • Las relacionadas con sus cuidados elementales como la alimentación, el sueño o la higiene.
  • Las que tienen que ver con la protección de los peligros que atentan contra la vida y la salud.
  • El establecimiento de vínculos afectivos con otros seres humanos

Es así, que desde los primeros meses de vida, los niños tienen su atención plena orientada a no perder la satisfacción de esas necesidades. No cubrirlas, genera una sensación genuina de sufrir un daño físico, mental y emocional; así que todo niño reaccionará cuando sienta que esto puede ocurrir; se sentirá en amenaza.

Cuando llegan a los 6 meses de vida aproximadamente, ya construyeron vínculos con las personas que les son familiares, así que ya distinguen las caras conocidas de las extrañas y, como esto representa un alejamiento de sus vínculos seguros, reaccionan para protegerse de la separación.

Entonces, el miedo, es esa emoción que aparece a muy temprana edad, para alertarlos acerca de los potenciales peligros para su supervivencia ¡una emoción sumamente útil que no debemos apagar!

¿Cómo fomento un desarrollo sano de la emoción del miedo?
  1. No minimices sus miedos. Los adultos olvidamos muchas cosas que nos daban miedo en nuestra infancia. Ya diste el primer paso leyendo esta nota donde te contamos acerca de lo que les provoca miedo; ¡ahora lo entiendes mejor! ¡Continúa conociéndolo!
  2. No censures su miedo. Los niños valientes no son los que no sienten miedo; sino los que aprenden a gestionarlo. Si juzgas o criticas sus miedos, no le darás la oportunidad de aprender de ellos.
  3. Escúchalo y oriéntalo. Permítete escuchar y observar con empatía las reacciones de miedo en tus hijos. Ayúdale a encontrar el motivo y busquen juntos una forma de que se sienta seguro.

Todos los padres quisiéramos estar siempre al lado de nuestros hijos para protegerlos de los peligros; pero no será así siempre. El miedo es tu mejor aliado, porque su función es que él mismo conozca y esté alerta de esos peligros.

Aprendan juntos a gestionar los miedos, no los repriman ni los apaguen; conózcanlo y háganse amigos de él.

Psic. Adriana Mendoza

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